La música venida de Corea no es un fenómeno de masas en nuestro país, seamos realistas. Ningún género venido de Extremo Oriente puede competir con la música que llega de América (del norte o del sur) en términos numéricos. Lo cual no quiere decir que, con el paso de los años, la música oriental no haya logrado cosechar un nutrido número de aficionados. Pero en cuanto a ventas, Occidente aporta muy poco al total de las cifras de los músicos asiáticos.
Ahora bien, si consideramos la calidad, desde luego, el J-Pop, el C-Pop, el cantopop y el K-pop, llevan décadas produciendo cantantes y música injustamente ignorados en Occidente.
Los pioneros en hacer llegar su música más allá de su frontera fueron los japoneses, a caballo de los openings y endings del anime; la eclosión del J-Pop sirvió de motor para que toda la industria musical del área se acelerara y a su sombra floreció el cantopop (en Hong Kong), que le pasó el relevo al C-Pop en cuanto China despegó económicamente.
Influencia China y Japonesa
Teniendo en cuenta la gran cantidad de inmigrantes y descendientes de chinos que hay por todo el mundo, a China no le hace falta hacer su música atractiva para un público foráneo. Por otro lado, aunque culturalmente China hace palidecer a sus vecinos más pequeños, le falta un vehículo para lucir su industria músical; hablando en plata, a ojos de Occidente, China no tiene ni manga, ni anime, ni deurama.
Como «deurama» entendamos la telenovela coreana, heredera del «dorama» japonés, y que aquí mucha gente llama «dorama» cuando el termino coreano es «드라마 deurama» (pronunciado más o menos durama).
Si a esto le sumamos la profunda crisis en la que se haya sumido Japón y que ha acabado afectando a su industria cultural, no es de extrañar que la música coreana haya logrado hacerse un espacio entre los oyentes occidentales.
Y es que, por lo visto, Japón ha perdido gas, y su J-Pop ya no es lo que era. Las pasiones que antaño inflamaba, han cruzado el estrecho que lo separa del país vecino.
Descrubiendo el K-Pop
Así, gracias a Internet hemos descubierto las boy y las girl-bands de Corea, así como otros cantantes que han conseguido edificar una base de fans quizá no muy numerosa, pero sí muy fieles y muy beligerantes en nuestro continente.
Pero veamos, el esplendor del K-Pop no es una flor de dos días; ni los ritmos, los bailes y las virguerías visuales han caído del cielo porque sí. Y como muestra estos vídeos y canciones:
Que cuentan con la friolera de veinte años, pero se les podría cambiar la fecha y nadie se daría cuenta. Ya incluyen los elementos que ahora hacen popular al K-Pop, el baile y vídeos con una estética cuidada al milímetro.
Un poco de historia
Pero podemos ir más atrás en el tiempo. Lo cierto es que Corea, a la sombra siempre de sus dos poderosos vecinos, lleva nada menos que treinta años trabajando en su música. Tras la Guerra de Corea, el país quedó dividido, y en el sur, empezaron a sucederse una serie de gobiernos dictatoriales hasta la sexta república de 1987. Durante este periodo había censura y, no se podía viajar con libertad fuera del país. Durante este tiempo la música coreana se limitó a seguir modelos de EE.UU. y Japón. En 1988 se levantaron las restricciones al tráfico de personas y los músicos, por fin, pudieron trasladarse a EE.UU.
En el año 92, Seo Taiji (pronunciado Sò Tèji) deja su grupo de Heavy Metal y crea una nueva formación con la que da el pistoletazo de salida del K-Pop. Hace lo que no se había visto nunca antes en Corea. Incluye baile, elementos de Rap, frases en inglés, hasta llega a criticar al gobierno, lo que le genera algún que otro problema. Pero nadie puede con él, es el pionero y arrasa. Su estilo es plenamente reconocible como K-Pop:
Por supuesto su éxito crea escuela y no tardan en aparecer grupos similares y no tan similares, aunque todos incorporan sus nuevas pautas.
Los cantantes en solitario, antes dedicados a la balada, también renuevan su estilo:
Como se ha podido apreciar, aparecen incluso grupos mixtos, lo nunca visto: