El pasado 7 de marzo, justo en la vigilia del día de la mujer, nos reunimos para hablar de Lovecraft y su relato corto La Llamada de Cthulhu.
La llamada de HP
Empezamos esta vez la reunión muy jugetones, ya que ¿quién no conoce a Lovecraft? Sin embargo… ¿cuántos de nosotros sabemos qué significa H.P.? Desde Hewlett Packard hasta Harry Potter, nos echamos unas risas con ello. Howard Phillips Lovecraft no es un desconocido para el club… ¿o si?
Una encuesta rápida nos demuestra que sólo 2 integrantes del club han leído otro título aparte de La Llamada de Cthulhu (Dagon, por ejemplo).
De niño siniestro a escritor famoso
Conforme vamos compartiendo nuestras impresiones sobre el libro, descubrimos que un pensamiento se abre paso: Este señor tiene problemas psicológicos, era un perturbado. Revisamos su biografía (lo fascinante de esta reunión es que tenemos bibliografía para rato) y descubrimos que le traumó la muerte de su abuela en 1896, que eso causó una tristeza que se apoderó de su casa, y si recordamos que la primera casa de todo hombre es una mujer, no nos tendría que sorprender su dibujo del Primordial en el manuscrito «En las montañas de la locura».
Lovecraft de adolescente era enfermizo, estaba a favor de la eugenesia, y en sus relatos es muy racista, además de padecer de insomnio. Sus sueños estaban poblados de los personajes que luego plasmó en sus relatos, normalmente la gente que tiene sueños raros tiene problemas mentales. Creemos que Lovecraft no estaba loco, pero sí el insomnio es un síntoma de algún problema mental, y él escribía historias basadas en su propia experiencia a través de la fantasía.
Cthulhu se encuentra con Cthulhu
La llamada de Cthulhu es un relato que nos habla de la maldad que llevamos dentro, y hay gente a la que esa se le despierta. Dentro de nosotros descubrimos algo nada bueno, y caemos en la oscuridad.
Oscuridad, desesperación, decepción, miedo , terror son algunas de las palabras que definen este relato escrito con un lenguaje sobrio, elegante, misterioso, que nos lleva a descubrir un mundo tétrico, onírico, con tintes de investigación científica y un miedo natural a lo desconocido. Pasamos de la fantasía de la mitología y del descubrimiento arqueológico a la tensión por no saber cuándo aparece la criatura.
Culto a Cthulhu
Uno de los aspectos que no hemos podido evitar mencionar ha sido la crítica a los sentimientos religiosos extremos, el elevar a sagrado incluso a la ciencia, ya que, fijémonos que la paranoia y el suspense del relato, la desconfianza del protagonista, la irracionalidad en la que caen algunos personajes, todo nos lleva en la historia a pasar de querer demostrar que este mito es mentira y en el relato el protagonista se tiene que comer sus palabras porque los hechos – la ciencia- demuestra que todo es verdad. Este culto nos lo presenta como algo prohibido (en sus inicios la iglesia católica también se ocultaba, recordemos sus catacumbas), muy sectario, secreto, bajo tierra, con miedo a la muerte, un culto que no puede – o no debe- salir a la luz. Cuando nombra al Necronómico no podemos evitar pensar en el lenguaje críptico y secreto del Apocalipsis, lenguaje que sólo los que forman parte del culto pueden comprender.
Incluso vemos autocensura en este lenguaje tan simbólico, como si fuese una metáfora de que quien sabe la verdad está más expuesto a la muerte, como si la ignorancia fuese la fuente de la felicidad. Ya en el Génesis existía la norma de no comer del árbol del conocimiento, y siempre acabamos comiendo la dichosa manzana.
Como todo culto, Lovecraft no lo escribe solo, a él le agrada que lectores y escritores participen en la creación de este mundo, de este mito, de ahí que mucho en el relato queda abierto, para que otro coja el testigo y continúe con la historia, relacionándola con ésta llamada de Cthulhu. Para los amantes de los finales abiertos, este cuento es una delicia, pero para los que prefieren los finales cerrados es una pesadilla, no gusta que Lovecraft relate hechos pero no explique qué pasa luego, no dice claramente cuál és el punto común de las sectas, el viaje a la isla queda en un limbo, cubierto de una niebla, que nos lleva a indagar más, nos deja con un sentimiento in crescendo de querer saber más ¿de dónde salen las estatuas? (de Amazon, por supuesto). La historia nos deja con demasiadas incógnitas, como para no dormir (si, el insomnio de Lovecraft nos atrapa).
Frases que queremos recordar
Por primera vez en la corta historia de este club, algunos integrantes del club no tienen frases que quieran recordar. Felizmente que hay otros que sí, y son éstas:
«Lo que ha emergido puede hundirse, y lo que se ha hundido puede emerger». Creemos es una buena metáfora de la vida, el caer una vez estás en la cúspide de tu vida, sobre la fragilidad del ser humnano, y su fortaleza, esa que le hace resurgir y superar los problemas, incluso superar la muerte.
«Cthulhu fhtagm!» Esto es lo que gritaban los seguidores del culto, y algunos se lo imaginan y lo quiere recordar (si, no está loco). En verdad, las ediciones ilustradas nos han gustado mucho porque justamente ayudan a los que no tienen imaginación. Por supuesto, también tenemos en el club a quienes no les gustan las ediciones ilustradas ya que para ellos traicionan la imaginación, las descripciones del libro, las ilustraciones para ellos distorsionan y estropean la imagen creada en tu mente con la lectura.
«La cosa no se podía describir, no existía lenguaje para semejantes abismos de locura inmemorial y ahuyante, para semejantes contradicciones grotescas de toda materia, fuerza y orden cósmico».
«Lo más misericordioso que existe en el mundo es la incapacidad de la mente humana para establecer relaciones entre los datos que contiene» Lovecraft piensa en toda esa gente ignorante que no entienden lo que él dice (Lovecraft superior), lo cual es bueno ya que sus vidas no correrán peligro. En la época actual de la minería de datos, y del Linked data, sólo podemos imaginar y traer a nuestro tiempo estos cultos… y seguir escribiendo 😉
Lo que valoramos de Cthulhu
Lo que más nos ha gustado del libro es que su ambientación sobria, esa evocación que hace de horrores innombrables que expresan su horror propio íntimo nos hace pensar, y el hecho de tener nosotros que enlazar las historias también es una buena idea. Nos gusta que Lovecraft hacía monstruos y nos los da para que imaginemos nosotros.
Nos gusta también Cthulhu, la leyenda del mar, el momento barco, el hecho de no saber si era real o no.
Lo que no nos ha gustado es el final abierto (esto ya lo habíamos dicho, ¿recordáis?), y que ha muerto poca gente (esto los fans del gore). Tampoco nos ha gustado que la estructura del cuento es muy confusa, cuesta hacernos una idea de lo que tenía en la cabeza.
¿A quienes lo recomendamos?
A las mentes curiosas, con imaginación, que les guste investigar el trasfondo y las conexiones del lenguaje y la historia de Cthulhu.
A los amantes de Edgar Allan Poe.
A quienes les gusta David Jones, de Piratas del Caribe 2.
A los amantes del terror introspectivo, simbólico, onírico.
A la gente abstracta.
A quienes les gusta el cine de David Lynch (o lo amas, o lo odias)
A los que les gusta la mitología.