SITGES FILM FESTIVAL 2018


51a Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña 2017

Bienvenidos un año más a la crónica de la presente 51°edición del Festival de Sitges, este año ha sido uno de los mejores de los que he tenido el placer de asistir. He disfrutado de muy buen cine, destacando sobretodo las películas de animación con grandes títulos como Mirai de Mamoru Hosoda o Maquia de Mari Okada, en lo referente al cine asiático era tal la cantidad y calidad de las películas que no sabría cual elegir. El Festival de Sitges nos ha ofrecido una programación de ensueño y un elenco de invitados de lujo, como curiosidad destacar la oleada de fans desenfrenados que recibieron a Nicolás Cage xD, sin más dilación comencemos con la crónica.

Animación

Mirai

 
Título original: Mirai no Mirai 
Director: Mamoru Hosoda 
Duración: 100 min.
País: Japón
Estudio de animación: Studio Chizu

He de reconocer que cuando supe que iba a llegar la última película de Mamoru Hosoda se convirtió en mi principal prioridad de las que quería ver en el festival y no es por menos, desde que fuera reconocido a nivel mundial con «Toki o Kakeru Shôjo» allá por el 2006, cada nueva producción dirigida por Hosoda se ha convertido, por méritos propios, en pequeñas obras maestras una tras otra.

Kun, un niño mimado y consentido de cuatro años al que sus padres dejan de prestar atención cuando nace su hermana Mirai, empieza a sufrir situaciones en casa que nunca había vivido. Pero entonces, la versión adolescente de su hermana viaja en el tiempo desde el futuro para vivir junto a Kun una aventura extraordinaria más allá de lo imaginable.

Con un toque más infantil que de costumbre, bien tramado debido precisamente al tomar el protagonismo un niño. En lo formal el director continua su senda de fantasía, en este caso una especie de realismo mágico donde, a través del árbol de su jardín, el niño conectará con diferentes épocas de su historia familiar. Desde su bisabuelo hasta su propia hermana, venida del futuro para ayudarlo.
En la mayoría de las películas de Hosoda se produce un in crescendo hacia una acción final espectacular y vibrante, con un fuerte despliegue visual. En este caso la cinta, aunque también nos dejará algunas escenas bastante animadas en su tramo final, toma derroteros más íntimos, mucho más centrados en el mensaje y los sentimientos. Y es que Hosoda sabe como llegarte muy dentro, y tanto que sabe.

El paso de la infancia a la madurez, la construcción y evolución de la familia, y como una persona se construye a partir de como la ven los demás, o más bien se construye a partir de sus propios antepasados familiares, tomando algo de cada uno de ellos. Estos temas son característicos del cine del director, pero aquí se elevan al máximo exponente, siendo el eje central de la misma. El joven Kun aprende a sobreponerse a los problemas y perseverar en sus objetivos como lo haría su bisabuelo, descubre que sus fuertes rabietas infantiles eran también una característica de su madre cuando tenía su edad… Kun se construye a través de sus antepasados, y Mirai -Futuro- también lo hará, tomando sus propias influencias incluso de Kun.

En lo que respecta al aspecto visual el Studio Chizu fundado por el propio Hosoda en el 2011, ha hecho un gran trabajo sin ser de las más espectaculares Mirai tiene una animación muy fluida, los personajes se mueven muy orgánicamente es como casi si fueran de carne y hueso, los elementos en 3D están muy bien integrados en la animación, un ejemplo es la escena del principio cuando se ve un plano general y se va acercando a la casa de familia de Kun, parece casi real y sin olvidarnos del aterrador tren de la recta final, ha nivel técnico no tiene ningún fallo.
También me gustaría destacar la banda sonora de Takagi Masakatsu, que ya ha trabajado con Hosoda en «Wolf Children» y «El Niño y la Bestia», durante toda la película mantiene un gran nivel con composiciones emotivas y entrañables.

Quizás como único punto negativo el personaje de Kun es algo cargante, pero si entendemos que su comportamiento es el de un niño pequeño se entiende mejor por que actúa así, es más, se nota que Hosada estudió bien el comportamiento de los niños porque se parece mucho a lo que harían en la realidad. Y es que es un especialista en asuntos familiares en «Wolf children», centrada en su protagonista, una madre soltera, «El chico y la bestia» en la que retrata las peripecias de ser padre, «Mirai» los conflictos entre hermanos y en la inolvidable «Summer wars» que comparten el protagonismo toda la familia al completo.

En definitiva, Mirai es una pequeña delicia que si bien está un poco por debajo de anteriores obras de Mamoru Hosoda, es algo maravilloso de ver y de sentir, normal que se haya llevado el premio a mejor película de animación de la sección de A’nimat.


Maquia: When The Promised Flower Blooms

Título original: Sayonara no Asa ni Yakusoku no Hana o Kazarō
Director: Mari Okada
Duración: 115 min
País: Japón
Estudio de animación: Studio P.A.Works
Maquia consiguió un quinto puesto en taquilla en su estreno en Japón y se ha llevado el premio de la sección Fantastic Discoveri en el festival de Sitges. Supone el debut como directora de Mari Okada, una reputada guionista y responsable de guiones de películas live-action, así como series y películas de animación como El himno del Corazón  o la serie de animación Ano Hana . Actualmente es una de las guionistas más prolíficas de Japón y que ganó en 2011 el 16 ° Premio de Animación Kobe por su trabajo. Destacar este premio, pues otros autores como Hideaki Anno, Hayao Miyazaki, Keiichi Hara, Kenji Kamiyama o Mamoru Hosoda, lo han ganado anteriormente.

En el pueblo de Iorph reside Maquia una chica que no es particularmente ingeniosa, valiente o aventurera, no como su mejor amiga, Leilia, que salta al agua desde un acantilado riendo por el aire. Las Iorph son mujeres que no envejecen, quizás inmortales, siempre se mantienen jóvenes. Tejen el destino de los seres humanos en largas estelas con aspecto de bellos telares —los hibiols— para crear una cuadrícula que conecte las vidas de las personas con el tiempo que viven.
Esa vida idílica pronto se ve interrumpida por la llegada de un ejército de Mezarte, cabalgando a lomos de los «renatos», feroces dragones blindados, bajo el mando del apuesto Izor. La muerte llega entonces al paraíso de las Iorph. Maquia sube a un dragón cuando está a punto de perder la vida en el ataque y su «renato» la deja perdida en un bosque. Ahora completamente sola, se da cuenta de que nunca podrá volver a casa. Entonces oye el llanto de un bebé. Aunque se le advirtió claramente a Maquia que nunca se enamorara, ella pierde su corazón por el bebé, a quien encuentra en una cabaña que ha sido atacada por invasores. Está fuertemente agarrado a los brazos de su madre muerta. Ella lo adopta y le llama Ariel.
Lo peor de la incursión en el pueblo de las lorph es Leilia, quien es llevada a la capital de los invasores, Mezarte, para convertirse en la novia de un odioso príncipe. Se supone que debe inyectar el linaje real con las semillas de la inmortalidad, pero a un alto precio.
Por otro lado, a pesar de no tener experiencia como madre, Maquia cuida de Ariel como si fuera su hijo. Encuentra un trabajo agotador en una taberna y descubre cuántos sacrificios se requieren para ser madre.
Aunque Maquia madura emocionalmente con los años, su cuerpo permanece casi igual, mientras que Ariel crece ante sus ojos. Convirtiéndose en un chico noble y de buen corazón; él jura que la protegerá. Luego llega a la etapa de rebelión adolescente. En el cambio de era los dos inician un vínculo especial que permanece a través de los años.

La razón más lógica que sustenta el cambio de tono desde el fantástico hasta el drama romántico, proviene de un delicado tratamiento de las relaciones materno filiales de la protagonista con Ariel, actitud que raya más el romanticismo platónico propio de amantes despechados y celosos, que de una madre por su hijo, o viceversa. Algunas de las escenas más conmovedoras de la película són cuando Maquia acaba con el corazón roto, y sus desesperados esfuerzos por convencerse de que no es una madre «real».Mari Okada ha escrito los guiones de unas 20 películas animadas, incluida la icónica Anohana: The Flower We Saw That Day. Conocida por el grado inusual de control creativo con el que ha dotado sus proyectos de anime. En Maquia examina lo que significa la maternidad en la vida de una mujer, pero no ofrece respuestas claras, sino que prefiere bailar sobre cuestiones de responsabilidad, sacrificio, etc. Arrinconando emocionalmente al espectador en una tormenta de emociones que deja a la mitad de la audiencia sollozando en las escenas finales. Este memorable anime, fue galardonado con el mejor premio de animación en el Festival de Cine de Shanghai.

La arquitectura y la representación visual de los escenarios, es obra de P. A. Works (Progressive Animation Works), estudio que nació en el año 2000, su fundador fue Kenji Horikawa que ya tenía experiencia en el medio, habiendo trabajado previamente en Tatsunoko Production, Production I.G y Bee Train. Han hecho un excelente trabajo de ambientación que nos recuerda a los paisajes de «El Hobbit» y «Juego de tronos». Los entornos contribuyen a recalcar las emociones de los personajes, además de añadir capas a una película en la que la fuerza de la naturaleza se confabula con la trama para mostrar de forma telúrica la tristeza de sus personajes.

Hay que destacar que la música corre a cargo de Kenji Kawai, reconocido compositor de bandas sonoras de películas y series, destacar el live-action de Gantz (las dos partes), Avalon, Patlabor, Ghost in the Shell 2: Innocence, The Sky Crawlers y Ranma 1/2, por citar algunas obras, porque su carrera es bastante dilatada desde mediados de los años 80 hasta la actualidad.

El diseño de los personajes de Akihiko Yoshida es otro de los puntos fuertes de esta película de anime: las túnicas de estilo griego, los cabellos trenzados, los dragones y los soldados, todo, encuentra un punto de originalidad.

La historia que desarrolla, si bien no es apta para un público infantil, cubre los temas importantes de lo que realmente significa ser madre, sobre la dinámica y los lazos de quienes la rodean. En definitiva, una gozada para los amantes de anime y de la belleza en estado puro.


 

Liz and the Blue Bird

Título original: Liz to Aoi Tori 
Director: Naoko Yamada 
Duración: 90 min.
País: Japón
Estudio de animación: Kyoto Animation
El año pasado tuve el placer de ver «A Silent Voice» la primera película como directora de Naoko Yamada, en esta ocasión nos presenta «Liz and the Blue Bird», un spin off de la conocida serie «Hibike! Euphonium».

 La tímida y algo dependiente Mizore Yoroizuka y la enérgica Nozomi Kasaki son dos amigas que llevan muchos años una al lado de la otra y actualmente participan juntas en la banda escolar tocando el oboe y la flauta respectivamente. Sin embargo, siendo su último año en secundaria no solo tienen que colaborar por última vez en la banda, sino que deben decidir que es lo que harán con su futuro de ahora en adelante, surgiendo temores en ellas sobre si podrán mantener o no, su amistad mas allá de su graduación. Todo enmarcado en los ensayos del tema «Liz and the Blue Bird» que la banda orquestal a decidido tocar sin saber que la historia de dos amigas separadas resuena con lo que viven dos de sus miembros.

Siendo un spin off de «Hibike! Euphonium» uno podría pensar que es necesario ver esta para comprender la película, pero en realidad, no es particularmente necesario ya que esta es una historia independiente enfocada en los personajes secundarios de Mizore y Nozomi, aún que sigue manteniendo ciertos elementos y guiños de la serie original.

«Liz and the Blue Bird» es un relato sobre aceptar que cuando más algo deseas tenerlo cerca, no se le puede quitar su libertad. Ambas deben llegar a aceptar el hecho de que es posible que en el futuro no se verán tanto como hasta ahora. El mérito de como han desarrollado este argumento está en que donde otras producciones habrían convertido este hecho en un melodrama provocando tanto en los personajes como al espectador en un mar de lágrimas, se ha apostado por un enfoque más sutil pero natural a la hora de demostrar emociones sinceras de una manera bastante minimalista.

En lo que respecta al apartado visual Kyoto Animation a hecho un gran trabajo, estamos ante una obra que no solo demuestra tener una identidad propia al separarse de la estética de las temporadas previas de «Hibike! Euphonium», sino que tiene dos frentes bien diferentes, por un lado tenemos las vibrantes y coloridas secuencias sobre el cuento que da nombre a la película en donde todo toma la estética de un libro ilustrado con un uso de escenarios y personajes que simulan acuarelas repletas de colores llamativos. Por otro lado, esta el mundo real en donde Mizore y Nozomi viven sus días asistiendo a clases y a los ensayos de la banda. Este aspecto de la película cuenta con unos colores mas opacos y escenarios con elementos en CGI difuminados que hacen que cada acción y movimiento de los personajes sean el centro de nuestra atención. Enlazando así los diferentes apartados del filme en un solo objetivo.

 Por su parte la música compuesta por Akito Matsuda y Kensuke Ushio es uno de los mejores elementos de la película. Inteligentemente la banda sonora mezcla de forma muy hábil los sonidos ambientales con la orquestalización componiendo melodías que por mas complejas que sean calzan perfectamente con los movimientos y la animación de cada escena, dando un énfasis mayoritario a que la música sea el centro de todo.
No es una película para todo el mundo, ya que en su naturaleza minimalista e íntima puede resultar algo lenta o simplona, en mi opinión esta un peldaño por debajo de la anterior obra de Naoko Yamada aún así merece la pena darle una oportunidad.

 


 

Penguin Highway

Título original: Penguin Highway
Director: Hiroyasu Ishida
Duración: 118 min
País: Japón
Estudio de Animación: Studio Colorido

«Penguin Highway» es el primer largometraje de Studio Colorido, una joven compañía de animación fundada en 2011 por el ex-Ghibli Yōjirō Arai y el director de la película, Hiroyasu Ishida que ya sorprendió con sus primeros trabajos y videoclips, con los que demostraron que poco tienen que envidiar a grandes estudios como Studio Ghibli o Studio Chizu (fundado por Mamoru Hosoda). Los colores y el derroche de imaginación que han caracterizado a los trabajos previos del estudio vuelven a estar presentes en esta adaptación de la novela homónima de Tomihiko Morimi (Night is short, walk on girl, The Tatami Galaxy) que se pudo ver en primicia en este Festival de Sitges.

Es verano, hace un calor abrasador y una banda de pinguinos aparecen paseándose por la ciudad. Por otro lado, la clínica dental acaba de contratar a una joven como asistente muy intrigante y de pechos exuberantes. Bueno! qué relación tiene una cosa con la otra? probablemente ninguna. Pero todo cobra sentido en manos Aoyama, un niño precoz de 10 años con una energía rebosante y una curiosidad ilimitada. Aoyama y sus amigos se empeñan en dar explicación a esos fenómenos extraños que se multiplican en la ciudad.

No nos dejemos engañar por las apariencias. Primero la ciencia: ellos anotan, experimentan, todos los días y cuando se equivocan, vuelven a empezar. Su investigación nos mantendrá intrigados todo el film. Después la fantasía: un bosque prohibido, un mar flotante y formas polimórficas….
Todo se mezcla en una tranquila ciudad «japonesa». El cine nipón mezcla con una facilidad desconcertante todos estos elementos y nos encanta!!. El tono alegre y simpático de esta alocada historia es uno de los elementos más atractivos de la película, cuyo guión corre a cargo de Makoto Ueda, que también firmó la adaptación al anime de The Tatami Galaxy y el guión de la película del director Masaaki Yuasa «Night is Short, Walk On Girl», confirmándose como un perfecto conocedor del espíritu de las novelas de Tomihiko Morimi. En cuanto al escenario, la intriga se ubica en una realidad fluctuante, como es habitual en este género. Una cosa no quita la otra, la historia no se aleja tanto de la realidad. La relación compleja entre Aoyama y la joven es uno de los elementos realistas que da lugar a la reflexión, no sin humor.

El personaje de Aoyama brilla con luz propia como paradigma del paso a la edad adulta con todo lo que ello conlleva: preguntas y aprendizajes constantes, descubrimiento del cuerpo, ambiciosos planes de futuro… Este es en realidad el tema de «Penguin Highway», donde el camino de los pingüinos es la metáfora de ese recorrido de crecimiento personal que todos debemos emprender cuando pasamos de niños a mayores, tan plagado de dudas y de ansias de experimentar, dentro de un universo tan abundante, su director Hiroyasu Ishida supo encontrar el equilibrio perfecto. Esta película es un delicia, un regalo!

 


I Want to Eat your Pancreas

Título original: Kimi no suizou wo tabetai
Director: Ushijima Shin'ichirou
Duración: 108 minutos
País: Japón
Estudio de Animación: Studio VOLN

Hay películas que engañan por el título… otras por el poster… otras por la premisa… Algunas parecen ser de un género y luego son de otro… pero ¿esta?… esta engaña por todos lados, así que no os dejéis engañar.

Para empezar, el título. La traducción literal es: Quiero comerme tu páncreas… la gente oye esto y se ríe… pobres ignorantes. El principio de la película deja bien claro el por qué de ese título, y no es de risa, precisamente. Además, aprendes.

Luego, si no se ríen, igual piensan que será como una de esas pelis tailandesas en las que un fantasma quiere comerse el hígado de un travesti (dejando aparte de que el hígado no es el páncreas). O que quizá sea una de zombis… Pero eso solo lo pueden pensar si no han visto el poster. ¿Habéis visto el poster?

Vale, no es de zombis, ¿a que no? Una chica, un chico, unos árboles… y encima está dibujado, así que quien busque canibalismo y vísceras ya se habrá ido al Brigadoon. Pero si no solo de zombis vive el espectador de Sitges, aquí tenéis una muestra de buen cine animado..

¿De qué irá esto?, ¿será una romántica?… A los japoneses se les da muy bien animar romances (y si no, acordaos de Your name) Empieza la película y lo primero que ves… el funeral de la chica. Hala… qué rollo… ¡Pues no! Otro engaño. No se trata de otra película con chica enferma y familiares sufriendo todo el rato. La chica es bien vital, y el chico… bueno, sin ser ‘emo’, es todo lo contrario. Son tan distintos como la noche y el día, como tiene que ser. Pero todo en su justa medida. Ni ella es una supermotivada que lo puede todo, ni él… bueno, él sí que es un poco rata de biblioteca… hasta que ella entra en su vida. Aunque no váis a notar el cambio, ya os lo digo ahora. No es ni demasiado sutil ni demasiado basta. Y encontrar ese equilibrio es muy difícil.
Siguiente engaño. No es una película al uso, con su argumento, su drama, su conflicto. Es intimista, y los japoneses, cuando se ponen así, no hay quien los entienda. Si no te gusta, te preguntas todo el rato «¿por qué se comportan así?». Especialmente hacia el final, cuando el chico pide permiso para expresar su dolor. Y te lo muestra en un primer plano. Esa es la prueba de fuego: o lloras tu también o te ríes (por dentro, por favor, que no estás en casa, y el tema es muy serio). Pero a esas alturas de película, ya has decidido mucho antes si te vas a dejar llevar o no.
¿Y qué sacamos de dejarnos llevar por esta película? Sabemos desde el principio que ella muere por una enfermedad rara y que se hace amiga del chico… ¿Será una de esas en las que están colgados uno del otro pero lo niegan sin parar? Podría, pero no. Entonces, ¿va de cómo mejora su vida al verse «obligado» a hacerle compañía? También hay algo de eso, pero no, tampoco es el tema. Tratándose de una historia tan japonesa, no puede ir ni de uno ni del otro, sino de su relación, que no llega a concretarse. Y esa es su fuerza: transitar el camino casi sin pisarlo. Eso es algo que solo verás en el cine asiático.

Hay un engaño final para terminar de tocarte la fibra, pero tampoco es el típico engaño barato. Se deja ver sin obligarte a sentir especial simpatía por ningún personaje ni por sus circuntancias. Eso lo hacen los americanos. De esta saldrás con la sensación de haber espiado sus vidas en un momento difícil.

Por lo demás, se trata de una nueva adaptación de la novela de Sumino Yoru, de la que ya hay otra película de carne y hueso y un manga. Por cierto, esta película dura 108 minutos. Puede ser casualidad, pero es la cantidad de sutras budistas, y el número de cuentas de sus rosarios (un sutra es un texto sagrado). Este número se encuentra a menudo en historias asiáticas que tienen que ver con la muerte. Así, por lo menos, también te recuerdan que, aunque pierdas a seres queridos, la vida sigue.


Cine Asiático

 

The Night Comes for Us

Título original: The Night Comes for Us
Director: Timo Tjahjanto
Duración: 121 min
País: Indonesia
Reparto: Joe Taslim, Iko Uwais, Julie Estelle, Sunny Pang, Zack Lee

Hace unos días nos llevamos un disgusto cuando el realizador británico Gareth Evans anunció que no tenía intención de dar carpetazo a su saga ‘The Raid’ con una tercera película que cerrara las aventuras de Rama, el personaje interpretado por Iko Uwais. Pero por suerte, ‘The Night Comes for Us’ viene para hacernos olvidar la funesta noticia con un estandarte del cine de acción y artes marciales.

Siendo claros y concisos, ‘The Night Comes for Us’ es, probablemente, la cinta de género de artes marciales más salvaje, bruta y espectacular que se haya visto en años o mejor dicho en décadas. Timo Tjahjanto, después de apuntar maneras con la divertidísima ‘Headshot’ —que disfrutamos en Sitges 2016— nos brinda un show impagable de tortas, cuchilladas y tiros made in Indonesia en el que cada objeto es un arma potencial y cada secuencia termina con los gritos y aplausos del público más cómplice.

Ito (Joe Taslim), un antiguo sicario de la tríada, tiene la misión de proteger a una joven mientras intenta escapar de su antigua banda, después de su misteriosa desaparición que desencadenó una violenta batalla en las calles de Jakarta.

The Night Comes for Us es una producción que nos viene de Indonesia, país que nos ha dado algunas de las mejores películas de acción de los últimos años como The Raid. Dirige Timo Tjahjanto, un director que hasta entonces estaba asociado al cine de terror y que debuta en la acción con una película repleta de violencia, artes marciales y hostias, muchas hostias.

La dirección de Tjahjanto es espectacular, con unos planos secuencia que siguen a un personaje enfrentándose a hordas de enemigos, planos picados e imposibles cargados de adrenalina, violencia y espectacularidad. Las coreografías son de lo mejor, demostrando el motivo por el que esta película llevó 5 años de desarrollo. Los productores afirmaban antes de la proyección que Netflix les había dado carta blanca a la hora de ofrecer toda la violencia que ellos quisiesen y desde luego, no se quedaron cortos.

The Night Comes for Us es una de estas producciones donde sientes que hay un mimo en todos sus aspectos, su tenebrosa fotografía, su elaborado maquillaje que ofrecen un gran realismo en las heridas, magulladuras… Su espectacular dirección e incluso su guión, con unos diálogos muy bien elaborados que consigue que entendamos mejor el contexto de las bandas criminales enfrentadas. Su ritmo se cocina a fuego lento durante la historia para acabar explotando en las batallas.

Para los amantes de las películas de la violencia física y las artes marciales, apuntaros a fuego el título de esta película que deja en ridículo a la mayoría de producciones de acción norteamericanas.


Along with the Gods: The Two Worlds

Título original: Singwa Hamgge
Director: Kim Yong-hwa
Duración: 139 min.
País: Corea del Sur 
Reparto: Cha Tae-hyun, Ha Jung-woo, Ju Ji-hoon, Kim Hyang-gi, Lee Jung-jae, D.O

Along with the Gods: The Last 49 Days

Título original: Singwa Hamgge: Ingwa Yeon 
Director: Kim Yong-hwa
Duración: 141 min.
País: Corea del Sur 
Reparto: Ha Jung-woo, Ju Ji-hoon, Kim Hyang-gi, Mak Dong-seok, D.O

Una de las películas más espectaculares que se pudieron ver en este Festival de Sitges fue la sur coreana Along with the Gods, en una doble sesión con la primera y la segunda parte que cualquier fan del cine oriental no podía dejar escapar.

Es la adaptación a imagen real de un Manhwa (comic sur coreano) homónimo de Joo Ho-min publicado en la plataforma digital Never Webtoon con un total de 3 volúmenes publicados entre el 2010 y 2012.

Según las creencias budistas, una persona tras morir tiene 7 juicios durante un período de 49 días en lo que llamamos «El purgatorio», durante ese tiempo se juzgarán todos los actos de su vida y las consecuencias determinarán la pena que cumpla en los diferentes infiernos compuestos según la magnitud de la sentencia, la oportunidad de ir al cielo o incluso lograr la reencarnación.

El bombero Kim Ja-hong tras morir de forma inesperada tendrá que afrontar los 7 juicios con ayuda de sus tres guardianes protectores designados desde su nacimiento, pero cuando está a punto de comenzar su juicio descubren que Kim Ja-Hong posee una alma virtuosa la cuestión es que hay ciertas almas que se consideran «virtuosas» y el protagonista tiene una de esas almas. El rey Yeomra prometió a los guardianes que si reencarnaban a 49 virtuosos les daría a ellos también la reencarnación. Las dos películas nos narran la búsqueda de esos guías por conseguir las dos últimas almas virtuosas.

Como si fuese el infierno de Dante el más allá está dividido en varios infiernos. Solo que para ir de uno a otro es como si estuviésemos en un mundo con diferentes continentes, cada uno tiene sus diferentes paisajes y retos. La película se recrea en esas localizaciones y es ahí donde tiene uno de sus puntos fuertes. A través de imágenes generadas por ordenador nos trasladan a lugares desérticos o a selvas frondosas. Cada infierno tiene su dios con su vestuario distintivo y condena que aplicar al juzgado. Esos castigos aportan una espectacularidad a la película que solo hemos visto en las producciones de Hollywood, no solo por su grandiosidad, si no por lo magníficos efectos especiales.

La historia es muy original, sobre todo durante la primera película que tiene mejor ritmo y sorpresas, con giros de guión inesperados y un desenlace final cuasi perfecto. La segunda intenta estirar el argumento y se hace bastante más pesada, cosa que se acentúa más si ves las dos juntas. Aún así, mantiene el sabor a leyenda y cuento épico con toques de humor.

Entre las dos entregas nos encontramos con unos de los actores más famosos en la cinematografía coreana, destacando a Ha Jung-woo (The Handmaiden, The Yellow Sea), Ju Ji-hoon (Asura) y Kim Hyang-gi (Uahan Geojinmal) como los guardianes, Cha Tae-hyun (My Sassy Girl) como el bombero Kim Ja-Hong, pero uno de los rostros más conocidos es el del todoterreno Mak Dong Seok interpretando al carismático («Dios de la casa» Seong Joo Sin), uno de los mejores personajes de la segunda película y al cual vimos no hace mucho en la excepcional «Train to Busan»

No es de extrañar que el film dirigido por Kim Yong-hwa («Take Off», «Mr Go») se haya convertido en la segunda película más taquillera de la historia de Corea del Sur y debido al gran éxito que han tenido, se están preparando varias secuelas de la misma, no puedo más que recomendar esta fantástica epopeya sobre la vida y lo que hay después de ella.

INUYASHIKI

Título original: Inuyashiki
Director: Shinsuke Sato
Duración: 127 min
País: Japón
Reparto: Takeru Satō, Kanata Hongô, Fumi Nikaidou, Yusuke Iseya, Ayaka Miyoshi
Muchos conocimos a Shinsuke Sato gracias al enorme revuelo que montó la festiva proyección de «I am a hero» en 2015, la adaptación del célebre manga de zombis de Kengo Hanazawa.
Desde entonces, al director le han llovido nuevos proyectos relacionados con los live-actions de animes y mangas, desde la nueva «Death Note: El nuevo mundo (2016)» a la esperada adaptación de «Bleach (2018)». Sin embargo, años antes ya se había encargado de dirigir la adaptación a imagen real del manga de Gantz (del mismo creador de «Inuyashiki» Hiroya Oku ) fueron «Gantz (2010) y Gantz: Perfect answer (2011)»El film que nos ocupa en esta ocasión es, «Inuyashiki», se posiciona como el trabajo más destacable hasta el momento del director japonés. De entre el ingente aluvión de este tipo de cine que asalta Japón desde hace años (algo parecido a la invasión Marvel en Occidente), «Inuyashiki» está un escalón por encima de estas adaptaciones, por lo general algo flojas, aunque entretenidas.
Inuyashiki, es un hombre de mediana edad, y Hiro, un adolescente corriente, los dos son atrapados por un extraño rayo gracias al cual adquieren poderes especiales. Cada uno de ellos usará ese extraño poder de manera muy diferente.
La película destaca por presentar a un personaje inolvidable, un hombre cincuentón cuya vida no puede ser peor, con una familia que lo desprecia, un trabajo terrible y el médico le acaba de diagnosticar un cáncer terminal y le quedan tres meses de vida, las cosas no le pueden ir peor, hasta que de un día para otro, se convierte en un cyborg con capacidades asombrosas y no solo su cáncer desaparece, sino que incluso tiene el poder de curar cualquier enfermedad. Por otro lado tenemos a Hiro, el típico outsider teenager del cine japonés, de padres separados y objeto de bullying en la escuela, que cuyo odio y rabia irán convirtiéndolo, poco a poco, en un despiadado villano. Destaca un intento por dar tridimensionalidad a los dos antagonistas, dándole a cada uno un trasfondo y una razón de ser bastante coherente.
Aunque «Inuyashiki» no está en la misma liga que la trilogía inicial de la película «Death Note» en términos de trama brillante o química de personajes. Gracias a la hábil dirección de Sato y el guión de Hiroshi Hashimoto el argumento es fácil de seguir y está más basado ​​en la psicología y motivación humana. La sumisa resignación del héroe anciano a las crueles burlas de quienes lo rodean debería tocar un acorde con los hombres japoneses que contribuyeron a la economía de la burbuja, pero que ahora son rechazados por la sociedad. «Solo soy chatarra», dice el personaje en un momento. Lo que revitaliza a Inuyashiki no es el poder de combate invencible, sino su nueva capacidad de curación, que lo hace sentir útil nuevamente.
A medida que Shishigami se envalentona por su invencibilidad, parece inevitable que Inuyashiki se dé cuenta de que él es el único que puede detenerlo. Aun así, es una confrontación bastante tranquila. Hasta estallar en el clímax: una sorprendente matanza de “inocentes” en el centro de Shibuya con posterior batalla robótica llena de espectacularidad, donde destacan unos  efectos especiales que están muy por encima de las producciones de este tipo.
Inuyashiki, así, se erige como un film muy entretenido a pesar de sus giros dramáticos y tragedias personales exageradas (un tic del cine japonés que al ya acostumbrado no le molestará), pero decididamente espectacular, a la vez que reinterpreta el género superheróico tanto japonés como occidental a los nuevos tiempos.

 


Laplace’s Witch

Título original: Laplace no majo
Director: Miike Takashi
Duración: 116'
País: Japón
Reparto: Sakurai Shou, Hirose Suzu, Fukushi Souta.

El rey del cine asiático en Sitges vuelve a la carga con otra adaptación. Hasta ahora han sido videojuegos, mangas, series de televisión, y toda clase de novelas, pero casi siempre se ha tratado de algo, o bien infantil, o bien algún tipo de thriller. Ya fueran samurais o yakuzas, la sangre y la crítica estaban allí. Cuando no, el amor por el cine. Y a menudo un toque de comedia muy personal. Así que ¿qué hace Takashi Miike adaptando una novela «normal»? Pues clavarlo, afortunadamente. Y no era nada fácil.

La bruja de Laplace…. ¿os suena de algo?… ¿no?… ¿sí?… pues os lo voy a contar igual, que para eso estamos. La novela es de Higashino Keigo, y el tal Pierre-Simon de Laplace, uno de esos franceses que hizo historia por un montón de cosas. Entre ellas, sacarse un demonio de la manga.

«¿Salen demonios?, ¡qué bien!» Para el carro, que se trata de un experimento mental… ¿sabes?, ¿como el gato aquel de la caja que está vivo y muerto a la vez hasta que la abres y miras? Pues algo así, pero con un demonio juguetón.

«¿Entonces, no hay demonios? Baah…» Hay lo que hay, chato. Y no, brujas de esas que hacen cosas raras con la escoba tampoco. Ya os he dicho que era una historia inusual para este director. Pero no os vayáis, que sigue siendo una buena película.

Entonces, breve y mezclado con este argumento. Mientras que el demonio original es capaz de predecir el destino del universo entero, bruja o brujo de Laplace es cualquiera que sea capaz de predecir fenómenos atmosféricos.

Si os parece poca cosa, recordad que, para que vosotros podáis ver la previsión en la tele, hacen falta un montón de satélites y de ordenadores que hagan modelos fiables, con un montón de datos recogidos por todo el mundo a cada minuto. Y que aún así, todo esto da solo para una semana de previsión, con un 80% de éxito, que no está nada mal, pero no es perfecto y se queda corto. Ah, y para ser meteorólogo primero hay que sacarse la carrera de Física.

Así que si alguien, de un día para otro, se vuelve capaz de predecir el viento y las tormentas mejor que un campesino, aquí está pasando algo muy raro. O si, como pasa al principio, alguien derrama un zumo sobre la mesa, se espanta porque el líquido va a tocar un móvil, pero la propietaria se limita a girarlo en el ángulo adecuado sin perder los nervios porque, viendo como ha ido la cosa, sabe exactamente hasta donde llegará el zumo. O, como se ve más adelante, alguien tira un dado, y nada más soltarlo ya sabe el número que saldrá. De este tipo de brujería es de lo que estamos hablando. No se trata de un poder sobrenatural. Es realismo mágico.

Y ya quisieran los japoneses tener a estas brujas en su equipo. Con la de tifones que les caen al año, que de tantos que hay, no les ponen ni nombre, ¡los numeran!

En cuanto al argumento, nada del otro mundo: unas muertes misteriosas, una investigación policial infructuosa, y tan solo esta «bruja» es capaz de descubrir como demonios : ) ha sido alguien capaz de matar de esa manera, cuando en condiciones normales el clima lo impediría.


Pero la investigación, aunque interesante, es lo de menos. Aquí lo que hay es un dramón familiar de cuatro pares. Lo malo es que eso significa, por una parte, mucho diálogo. Tanto para explicar como se podría utilizar este don para cometer asesinatos, como a la hora de pelearse padres con hijos. Y son casi dos horas…

Y por otra parte, que no hay acción… Entendiendo por acción lo que esperamos de Takashi Miike. A mi personalmente me da mucha rabia cuando se critica a alguien por haberse salido de su camino. Y por haber hecho esta película, a Takashi se lo han comido con patatas. Pero pasó lo mismo con Shield of straw, y era por el mismo motivo: ignorancia del contexto.

Ya sea el poder predictivo en si mismo, su conveniencia en un clima como el japonés… o el simple hecho de que cuando uno se llama Takashi Miike y lleva más de 100 películas haciendo lo que le da la real gana, te guste o no, la película es buena y punto.

Porque, no nos engañemos, adaptar algo así es muy difícil. Tienes que estar muy atento a lo que dicen (o sea, leer subtítulos rápido) y creerte lo que te explican. Requiere tanto esfuerzo que casi te preguntas «¿qué falta hacía filmar algo así?». Pues la escena final, señoras y señores, la gran tormenta que se lleva una casa por delante. Que una cosa es leerlo y otra es verlo.


One Cut of the Dead

Título original: Kamera o tomeru na?
Director: Shin'ichirô Ueda
Duración: 95 min.
País: Japón
Reparto: Takayuki Hamatsu, Yuzuki Akiyama, Harumi Shuhama, Ayana Gôda
En el maratón de La Nit + Zombi de este año todas las producciones tenían muy buena pinta, desde las inquietantes «La Nuit a Dévoré le Monde» y «In un Giorno la Fine» o la desternillante «Office Uprising», pero hubo una que destacó por méritos propios, la japonesa «One Cut of the Dead», que con un envoltorio de peli cutre de zombies de serie Z guarda una de las propuestas más divertidas del año.
En un principio vemos a un modesto equipo está intentando rodar una sencilla película de zombies en una nave industrial. Resulta que en un descanso del rodaje los actores se percatan de que algo raro está ocurriendo afuera, un ataque de auténticos muertos vivientes se está acercando.

El comienzo es muy típico y uno cuando lo ve se espera lo peor, sin embargo, tiene una virgueria de plano secuencia de 37 minutos y aún que algunas de las escenas parezcan ridículas tiene mucho mérito, pero lo bueno está por llegar en la que sería la segunda parte del film.

La película está dividida en tres actos, el primero: es una la típica historia de zombies y en los dos siguientes es donde da un cambio radical y despliega todo su potencial y empieza a coger forma de una filigrana cinematográfica hasta tal magnitud que incluso los créditos finales son importantes, poco más se puede decir sin estropear las sorpresas que esconde.

«One Cut of the Dead» es un fenómeno en su país natal y uno de esos maravillosos casos en que una producción independiente termina convirtiéndose en esa película de la que todos hablan. Para que os hagáis una idea, la película costó 25000 euros con actores seleccionados a través del centro de Interpretación en «Enbu Seminar» que también ejerce de productora de la misma, básicamente jóvenes actores noveles. Actualmente lleva recaudados solo en Japón unos 26 millones de euros y se ha llevado multitud de premios en diversos festivales, todo un récord para una producción de este tipo.

La película de Shin’ichiro Ueda que por cierto, también ejerce de guionista de la misma, es un soplo de aire fresco en lo referente a las pelis de zombies. Nos encontramos ante un proyecto muy bien pensado y que sin pretensiones, nos muestra un amor incondicional al cine, como hay pocas, ha conseguido enamorar a los espectadores de Sitges y de medio mundo.

Bienvenidos al año cero de recomendaciones insistentes con ‘One Cut of The Dead’, el llamado ‘Zombies Party’ japonés ha venido para quedarse
Es evidente que estamos ante un film creado por cinéfilos que generará complicidades en un ‹target› muy concreto de audiencia que esté interesada en los entresijos de la mecánica cinematográfica. Aún así su humor consigue romper la barrera tanto de lo meramente fílmico como de los códigos culturales japoneses.

Legend of the Demon Cat

Título original: Kûkai
Director: Chen Kaige
Duración:129 min
País: China
Reparto: Huang Xuan, Shôta Sometani, Kitty Zhang, Eric Qin, Hiroshi Abe
Estaba esperando con especial ilusión ver esta película, del director Chen Kaige (experto en dramas de época como «The promise» o «Monk comes down the mountain»); no se trata de un Wuxia tradicional es una coproducción entre China, Hong Kong y Japón, de la unión de las tres mayores cinematografías asiáticas sólo pueden salir cosas buenas.

a historia está ambientada durante la dinastía Tang de China en el siglo VII, comienza con la llegada de un chamán japonés, Kûkai (Shôta Sometani) a un palacio donde realizará un rirual sobre el emperador enfermo Xuanzong (Zhang Luyi). Pero llega demasiado tarde y el emperador acaba muriendo, el monje se percata de algunas cosas que le harán interesarse por el caso y empezar su investigación entre ellas el haber notado la presencia de un gato negro en la habitación, cuando en todo el palacio no había felinos. El mismo gato negro, a quien ya hemos vislumbrado en el misterioso prólogo. Se le ve paseando en la estancia entre destellos fugaces, revoloteando alrededor del emperador como un espíritu voraz y envolviéndolo en un remolino de energía violenta. La investigación lo hará unirse a un poeta de la corte Bai Letian (Xuan Huang). Cuando empiecen a atar cabos, descubrirán que todo el caso está relacionado con unos escritos de la corte de hace 30 años y conocerán todos los acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado, relacionados con un caso de amor muy trágico, una traición y unos hechizos mágicos que hicieron que la venganza llegara hasta el tiempo actual.

La verdad es que la película cabalga perfectamente entre dos tiempos: la actualidad (de ese momento) y los acontecimientos sucedidos treinta años atrás, pero lo hace de una manera muy curiosa, sin utilizar flashbacks y sin dedicar cada parte de la película a uno de los momentos, sino utilizando la fantasía para transportar a los protagonistas hacia momentos pasados y escenas importantes que deberían ver, estando allí pero sin estar, dejando al público curioso sobre que clase de magia es esa que domina el mundo.

La mayor baza de la película es sin duda su ambientación, hablando tanto de unos escenarios increíbles, reproduciendo lo antiguo perfectamente, pero con muchos elementos especiales y fantásticos que nos transportan hasta un mundo algo distinto (no mucho) en el que la magia y otras muchas cosas serían posibles. No sólo los escenarios, sino que toda la fotografía es impecable, haciendo que la narración se vuelva mucho más interesante y dirigiendo los ojos del espectador hacia dónde el director quiere que miren, así como ayudando a crear ese ambiente fantástico que tanto nos ha gustado.
Este gato es claramente una creación de CGI, que Chen no intenta ocultar. De hecho, se apoya en la artificialidad del gato, contrastando su extravagancia con su voz humana conmovedora y digna. El gato es un enemigo del gobierno, y para Kûkai, quien se une al poeta de la corte, Bai Letian (Xuan Huang), para resolver el misterio de la muerte del emperador y detener la cadena de asesinatos que inicia el suceso. Pero el gato también es un antihéroe trágico, encarcelado en un ciclo de venganza provocado por una serie de legendas y mentiras.
Kûkai y Bai descubren intrincadas intersecciones entre el arte y la historia en sus intentos de entender al gato demonio. El arte está representado aquí por concursos celebrados por el emperador como tributos a su gobierno, y el director muestra en elaborados flashbacks como tales ceremonias fueron utilizadas por el emperador para consolidar el poder, y como llegaron a significar la erosión de dicho poder.
El arte también está encarnado en Legend of the Demon Cat por la presencia de poetas, que piensan que están diciendo la verdad en sus escritos, pero en realidad están reforzando los mitos del emperador, y por ilusionistas que revelan la verdad emocional en la apertura de su artificialidad. Los ilusionistas, por supuesto, están respaldados por Chen como paralelos de sí mismo, ya que todos están unidos en un intento de restaurar a la sociedad la noción de verdad como un concepto diáfano, ya que pocas cosas son menos verdaderas que pretensiones de verdad. Como las historias chinas manipuladas que permiten la represión y la esclavitud. Todo bien mezclado es el misterio en el corazón de Legend of the Demon Cat.

The Spy Gone North

Título original: Gongjak
Director: Yun Jong-bin
Duración: 140 min.
País: Corea del Sur 
Reparto: Hwang Jung-min, Lee Sung-min, Cho Jin-woong, Kim Hong-pa, Ji-hun Ju, Ryoo Seong-hyeon

Los directores surcoreanos son expertos en tratar el conflicto con Corea del Norte y es normal que lo sean, llevan enemistados con ellos desde los años 50. Han salido decenas de producciones de esta temática de excelente calidad como «Joint Segurity Area» del mítico Park Chan-wook o la más reciente «Steel Rain» de Yang Woo-seok y «The Spy Gone North» es una de ellas.

Seúl, año 1993. Un exoficial es contratado por el servicio secreto de Corea del Sur con el nombre en clave ‘Black Venus’, tiene a su cargo la recopilación de información sobre el programa nuclear de Corea del Norte, y se infiltra en un grupo de dignatarios de Pyongyang para gradualmente intentar ganarse la confianza del Partido. Trabajando con total libertad en el corazón del país más secreto y peligroso del mundo, el espía ‘Black Venus’ se convierte en un peón en las negociaciones políticas entre los gobiernos de las dos Coreas. Pero lo que descubre puede poner en peligro su misión y aquello por lo que ha sacrificado todo

«The Spy Gone North» se basa en las declaraciones del espía surcoreano “Black Venus”, que a principios de la década de 1990 se infiltró como hombre de negocios entre los altos cargos del régimen norcoreano, llegando a conocer en persona al propio Kim jong-il. Durante la película de Yoon Jong-bin, director de «The Unforgiven» o «Nameless Gangster», veremos la evolución de aquella rocambolesca trama de espionaje y contraespionaje, y como este hombre se verá muchas veces solo ante el peligro, dependiendo exclusivamente de su ingenio para salir adelante. Intuiremos además la difícil situación política de las dos coreas, y sus tejemanejes de corrupción y traiciones.

No nos encontramos ante un thriller de acción de los que tan buenos momentos nos ha dado el cine coreano, esto es una cinta de espías donde se dramatizan hechos históricos más pausadamente de una forma absorbente y muy interesante. La película está perfectamente narrada y se disfruta incluso sin necesidad de conocer en profundidad la historia reciente de las dos coreas.

Como de costumbre en el cine sur coreano el apartado técnico es de sobresaliente, con una representación de la Corea del Norte de los 90 casi perfecta, pero si hay que destacar algo es que la película se sostiene gracias a unas increíbles interpretaciones de sus personajes protagonistas. Ahí tenemos a Hwang Jung-min («The Wailing», «Veteran») dando vida al espía protagonista, Lee Sung-min («The Piper») como uno de los altos mandatarios norcoreanos que lo introducen en el país y Cho Jin-woong («Assassination») como el contacto de la Agencia de Seguridad de Corea del Sur. Además por ahí está Ju Ji-hoon («Along with the Gods») como jefe de seguridad norcoreano y Gi Ju-bong (Joint Segurity Area) encarnando nada más y nada menos que al presidente Kim Jong-il. De hecho los dos primeros recibieron premios a su interpretación en un destacable “exaequo” en los pasados Daejong Film Awards, mientras que Ju Ji-hoon fue reconocido en los recientes Seoul Awards.


Tanto si os gusta el género de espías como si no, es una película que no debéis perderos.


Tumbbad

Título original: Tumbbad
Director: Rahi Anil Barve, Adesh Prasad
Duración: 104 min
País: India
Reparto: Sohum Shah, Rohini Chakraborty, Anita Date, Harish Khanna, Mohd Samad

Entre las sorpresas de Sitges encontramos un debut llegado de India. Rahi Anil Barve (que ya dirigió el mediometraje Manjha) y Adesh Prasad presentaron su primera película, Tumbbad, una terrorífica historia ambientada en el s.XIX que se llevó el premio a Mejor fotografía en la Sección Oficial y Mejor película en Focus Asia. No dejé escapar la ocasión tras el buen sabor de boca que nos dejó «Psycho Raman» dos años atrás.

En la aldea rural de Tumbbad, un chico Vinayak vive con su hermano y su madre en un castillo en ruinas. Se encargan de alimentar a un monstruo que tienen encadenado en la mazmorra, que resulta ser un miembro de la familia, su bisabuela sobre la que cayó una maldición. Eso si, con sumo cuidado de que no se despierte, si por algún caso pasara, la única forma de calmarla es pronunciando «Hastar», el nombre de un dios hindú. Solo la anciana embrujada parece conocer el secreto de un tesoro escondido, pero el avispado Vinayak lo descubre y no lo tiene fácil para hacerse con él. Traza un arriesgado plan para robar solo unas monedas de oro a un ser antiguo, siniestro y monstruoso que custodia la fortuna. Esa ‘suerte’ llevará al joven Vinayak a cometer todo tipo de imprudencias a lo largo de su vida, aumentando su obsesión y dejándose llevar por la avaricia, llega a sacrificar vidas ajenas y incluso pone en riesgo a su propia familia.
A raíz de un concepto mitológico abstracto por el cual una diosa originó (dio a luz, más bien) el universo, Tumbbad juega su gran baza, gracias a un magnífico trabajo de fotografía una atmósfera idónea de oscuridad y tinieblas, con rincones tétricos de tonos apagados muy cercana al horror, que impregna los momentos más poderosos de la película, llegando en ocasiones a percibirse como de pesadilla.
Todas y cada una de las secuencias que se dan lugar en el interior de ese gigantesco útero maligno y su diabólico custodio de las monedas aportan una excelente sensación de tensión y un muy acertado misticismo.

Esta sorprendente película india inauguró la Semana de la Crítica de la Mostra de Venecia. Es sorprendente por varios motivos: en principio, porque escapa de los cánones más habituales del cine de ese origen (no es cine de autor ni tampoco del estilo Bollywood, sino puro exponente de género con raíces muy locales); y, además, porque incursiona en la aventura, el melodrama familiar y lo histórico (el primero de los tres episodios arranca en 1918 en el pueblo del título y el segundo está ambientado 15 años después en Prune, en plena ocupación colonial británica), lo religioso (las tradiciones y costumbres del hinduismo), lo fantástico, lo sobrenatural y hasta en el terror con no pocos elementos gore.


Tumbbad tiene todo el despliegue de efectos visuales y sonoros de las mejores producciones de Hollywood tipo La Momia, pero a su vez reconstruye un universo, unos personajes, unos conflictos y aporta múltiples detalles y matices que constituyen un cine fantástico diferente, toda una rareza y un gran descubrimiento.


Gonjiam: Haunted Asylum

Título original: Gonjiam: Haunted Asylum
Director: Jeong Beom-Sik
Duración: 95 min
País: Japón
Reparto: Lee Seung-Wook, Mun Ye-Won, Park Ji-Hyun, Park Sung-Hoon, Wi Ha-Joon

El Hospital Psiquiátrico de Gonjiam es considerado el el tercer lugar más embrujado de Corea (y uno de los 7 más aterradores a nivel mundial) junto con la casa de Yeongdeok y el restaurante Neolbum Garden. Este manicomio fue cerrado en la década de 1970, después de un presunto suicidio masivo de sus pacientes, se rumorea que el asilo albergó a prisioneros políticos, así como a los enfermos mentales, que fueron torturados y examinados por el director del centro, que desapareció en extrañas circunstancias. Los macabros hechos reales dieron pie a que se crearan diversas leyendas urbanas en torno a él. Esta es premisa de, Gonjiam: Haunted Asylum.

Un grupo de voluntarios en la serie web coreana Horror Stories, se aventuran a pasar una noche en el terrorífico hospital psiquiátrico, conocido como uno de los «siete lugares más extraños de la Tierra». Cada miembro del equipo lleva consigo un equipo de cámara que los filma a ellos y su punto de vista, mientras que el capitán del equipo Ha-joon (Wi Ha-joon) los guía de forma remota a través de los pasillos abandonados desde una carpa situada en el bosque. Lo que los voluntarios no saben, es que, en un esfuerzo por aumentar las visitas en línea, Ha-joon y sus colegas los están llevando engañados, pero los sustos son verdaderos, pronto se desvían del guión, porque hay fuerzas sobrenaturales que los acompañan en directo.

Olvidaos de The Blair Witch Project, la interpretación del director Jeong Beom-sik del género de «metraje encontrado» eleva el horror a un nivel completamente nuevo, ya que el público sigue una aventura transmitida en vivo a un hospital psiquiátrico que sale terriblemente mal.

El truco del «metraje encontrado» ha prosperado en el género de terror, donde la narración se reconstruye a través de fragmentos recuperados de sonido e imagen. Pero la aparición de FaceTime, Periscope y la realidad virtual ha obligado al género a alejarse de los hitos tempranos como Cannibal Holocaust y The Blair Witch Project, a experiencias de terror transmitidas en vivo, que el público presencia cuando pasan a los personajes.

Dirigido por Jeong Beom-sik, Gonjiam está casi completamente desprovista de violencia o gore y aún así provoca escalofríos en el espectador desde lugares impresionantemente espeluznantes y las actuaciones convincentes de un elenco en gran parte desconocido. Los actores usan sus propios nombres, mientras que su interacción se siente genuina y natural. Entre los gritos, incluso hay tiempo para un romance, antes de que los secretos detrás de la puerta 402 los consuman a todos.

Cualquiera que sea la verdad, este sitio se ha posicionado como uno de los recintos favoritos para aquellos que buscan experimentar situaciones paranormales, sin embargo, para los que somos menos atrevidos y sólo deseamos sentir el miedo desde la comodidad de un sofá o una butaca, disfrutaremos viendo Gonjiam: Haunted Asylum.


 

Kasane – Beauty and Fate

Título original: Kasane 
Director: Yuichi Satoh
Duración: 112 min.
País: Japón 
Reparto: Tao Tsuchiya, Kyôko Yoshine, Yu Yokoyama, Tadanobu Asano, Rei Dan

Si algo ha destacado en los últimos años en el cine nipón son las adaptaciones a imagen real de mangas y animes o las llamadas «Live actions». Nos han llegado algunas bastante buenas como las de Rurouni Kenshin, Parasyte o olvidables como los de Shingeki no Kyojin, pero la adaptación a imagen real del manga de Kasane aunque pudiera parecer del segundo grupo es todo lo contrario.


Kasane nos narra la historia de dos chicas: Kasane, hija de una famosa actriz y que lleva la interpretación en la sangre, y Nina, una hermosa actriz con cierto recorrido, pero sin un talento sobresaliente, que sufre una especie síndrome llamado «la bella durmiente» que puede dejarla días tumbada en cama. El problema de Kasane es que tiene una enorme cicatriz en la cara que le impide llevar a cabo su sueño, pero todo cambiará cuando descubra un pintalabios mágico, herencia de su difunta madre, que le permite cambiar de rostro con otra persona, llegando a un acuerdo con Nina, pero las cosas no tardan tomar un cariz siniestro.


Kasane esta basada en el manga de temática «seinen» (mangas enfocados para un público adulto) de Daruma Matsuura que finalizó recientemente con 14 volúmenes, por desgracia no he tenido el placer de leerlo pero hablando de lo que ha sido la adaptación a la gran pantalla, puedo decir que han hecho un gran trabajo. Cuando lees el argumento puede parecer algo ridículo, sin embargo, una vez comienzas a ver la película cambias totalmente de opinión, el veterano director Yuichi Satoh («Pray», «Kisaragi») construye una interesante historia de suplantación de identidades divagando sobre la aceptación, la construcción de la identidad, el precio de éxito y la venganza. Un thriller en tono oscuro que toma diversos giros en su guión y que mantiene al espectador interesado, generando una serie de moralejas muy certeras. Además las interpretaciones del dúo protagonista, Tao Tsuchiya y Kyôko Yoshine, están realmente muy bien. Ambas deben realizar un doble papel, tanto de Nina como de Kasane, con sus caracteres antagónicos y su evolución durante la película, cosa que logran con nota. Creyéndote las diversas transformaciones entre ambas y sin olvidar la interpretación del camaleónico Tadanobu Asano en el papel del manager «Kingo Habuta», quizás no sea una de sus interpretaciónes más destacadas pero siempre es un placer verlo en acción.


El resultado final es un buen thriller con un toque sentimental, nada desatado pero bien realizado que dentro de los cientos de «Live actions» que nos han llegado de Japón los últimos años, es un soplo de aire fresco, que como a mí, gustará, incluso hasta los que no conozcan nada de la obra original de Daruma Matsuura.


Monstrum 

Título original: Mul-goe
Director: Huh Jong-Ho
Duración: 105 min.
País: Corea del Sur 
Reparto: Choi Woo-sik, Kim In-kwon, Kim Myeong-min, Lee Hyeri, Lee Kyung-young, Park Hee-soon, Park Sung-woong
Siempre me ha gustado el género de las Monster Movies, películas como «Godzilla», «Pacific Rim», «Alien», «The Host» o «El Pacto de los Lobos», (que por cierto Monstrum tiene bastantes semejanzas con esta última), son de mis preferidas y esta no la podía dejar escapar.
En el vigésimo segundo año de Jung Jong (en el siglo XVI de la actual Corea), el pueblo está aterrorizado por los rumores que afirman haber visto una criatura monstruosa devorando humanos en el monte Inwangsang. Esto lleva al emperador Jung Jong a enviar al mejor hombre de su ejército a encontrar a esta bestia mítica.
La película de Huh Jong-Ho (Countdown, The Advocate: A Missing Body) tiene una atmósfera interesante que no se limita a un género concreto, sino que mezcla intriga, acción y algo de humor, con momentos en los que no se toma muy en serio a si misma, al estilo único del cine sur coreano, que ya nos tiene acostumbrados. La ambientación y el diseño de producción es bastante buena y sobre todo los efectos especiales que sin estar a la altura de las producciones de Hollywood, resultan muy creíbles y todas las escenas en las que sale Monstrum son un disfrute.
También me gustaría destacar la banda sonora compuesta por Mowg creando unas partituras que acompañan muy bien a la película, con toques divertidos en los momentos de humor y destacando a ritmo de tambores en los momentos de más tensión. Como curiosidad Mowg no sólo a compuesto la banda sonora de Monstrum si no también la de «Burning» y «Illang: The Wolf Brigade», que se han podido ver también en esta edición del festival de Sitges.
Quizás la película tenga altibajos como algunas interpretaciones un poco sobreactuadas y unos movimientos de cámara demasiado rápidos en ciertos momentos que a mí personalmente se me hicieron un poco pesados, pero dejando de lado todo esto, es una película muy entretenida que le gustará cualquier fan del cine fantástico y que por méritos propios se ha llevado el premio del publico de la sección panorama fantástico del Festival de Sitges.


Illang: The Wolf Brigare

Título original: In-rang
Director: Kim Jee-woon
Duración: 139 min
País: Corea del sur
Reparto: Gang Dong-won, Han Hyo-joo, Jeong Woo-seong, Kim Mu-yeol, Han Ye-ri

Illang: The Wolf Brigade se trata la adaptación a live-action coreana de la película de anime Jin-Roh que se estrenó en 1999, considerada una película de culto, dirigida por Hiroyuki Okiura y con guión de Mamoru Oshii, que a su vez, es la adaptación de un manga japonés llamado «Kerberos Panzer Cop».


En «Illang: The Wolf Brigade » la historia sale de Japón y su acción se transporta a la frontera entre las Coreas en el año 2029, justo cuando están trabajando en los últimos detalles para su unificación. Un grupo terrorista llamado «La Secta» quiere arruinar estos planes y evitar la unión entre los dos países antagónicos. El presidente crea una nueva división policial, la Unidad Especial, a la que otorga un poder considerable. Pero el servicio de inteligencia, al ver decaer su propia influencia, trama un plan para aniquilar a la Unidad Especial. En medio de esta sangrienta lucha entre dos instituciones tan poderosas, surgen rumores sobre una «brigada del lobo» secreta que se está formando en el seno de la Unidad Especial.


Illang: The Wolf Brigade es el tipo de película que divide opiniones. La visión del futuro que se muestra está muy bien hecha, el diseño de producción está realizado con mucho cuidado, muy superior a lo que normalmente se ve en las películas coreanas. El presupuesto es muy visible en los escenarios y los efectos visuales, que muestran una imagen precisa y adecuada para la audiencia, tanto oriental como occidental. Pero el mayor problema de Illang, sin embargo, está en todo lo demás. La dirección parece vacilar y no decidirse por una película de acción o un drama político; en la duda, intentó ambos, obteniendo un resultado de medio a bajo en ambos casos.

Al tratarse de una película dirigida por Kim Jee Woon, es natural que causara gran expectación entre los que conocen la filmografía de quién es uno de los principales realizadores del audiovisual coreano. Sus películas son muy bien recibidas tanto por la crítica como por el público, como el demencial homenaje al western de Leone «The Good, the Bad, the Weird», el magnífico thriller «I Saw the Devil» o la más reciente «The Age of Shadows», que llegaron a tener un éxito considerable en Occidente. Resulta que Illang: The Wolf Brigade no está a la altura de sus obras anteriores.


Los defectos de la película aparecen en una cascada. Las actuaciones no acaban de funcionar, a pesar de que cuenta con un prestigioso elenco, podemos ver a Gang Dong-Won (Ui-hyeong-je) Han Hyo-joo (Byuti insaideu), Jung Woo-sung (El bueno, el malo y el raro), Kim Moo-yeol (Guerra de flechas), Han Ye-ri (Niebla) y Minho (Doo namja). Este último es conocido por ser miembro del grupo K-Pop SHINee. Las interpretaciones en algunos momentos están al borde de la parodia. La película tiene personajes que podrían ganar mucho en profundidad si hubieran trabajado con más sutileza. Aún así, pueden mantener algo de interés hasta aproximadamente la mitad de la película, cuando el tono monocorde termina cansando quién mira.


La cuestión es que los desequilibrios de la trama, podrían haber tirado por tierra el titánico esfuerzo de reinterpretar el universo animado de Oshii; pero la mano artesana de Jee-woon y su sentido del espectáculo compensan todo esto con creces.



Para terminar como siempre, agradecer al Festival de Sitges toda su ayuda, sin la cual este reportaje no sería posible. Nos vemos el año que viene en la 52a edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges. Mata ne!!

David J