Recomendamos leer Maison Ikkoku

La década  de los 80 es para algunos una de las mejores, y es en esa década cuando Rumiko Takahashi publicó entre 1981-1987 en la revista seinen Big Comic Spirits el manga Maison Ikkoku. Es el manga que hemos comentado en el #ClubdeLecturaCEO. Ha sido una reunión híbrida, unos presencialmente en el Centro Cívico Tomasa Cuevas, otros online en el canal de voz Bookclub del server del CEO en Discord, todo un reto pues debíamos hablar uno por uno para entendernos, y no acabar a gritos como los habitantes de la pensión Ikkoku en el manga.

Como en ocasiones anteriores, algunos en el club ya habían leído este libro antes (ya hace más de 10 años y en japonés), para otros ha sido su primera lectura (y no la han acabado, o se han saltado algunas viñetas por el medio hacia el final). El común denominador es que todos hemos reído con los personajes de Maison Ikkoku.

Desde la muy inocente Kozue hasta la muy responsable Kyoko, cada uno de los habitantes de la pensión Ikkoku o de sus visitantes tiene algo que encanta y desencanta: bebedores empedernidos de alcohol; mirones y acosadores sexuales; marujeos viñeta sí viñeta también; machismo para dar y regalar; personas deslenguadas, personas manipuladoras, gorronas, pero también sinceras y dispuestas a ayudar. Algunos no hemos podido identificarnos con ninguno de ellos, en algún momento del libro hemos querido torcerles el pescuezo a Godai, Kyoko, Kozue y Mitaka, pero al final de la historia les acabas cogiendo cariño… sin embargo el personaje favorito es el gorrón por excelencia Yotsuya, uno leía el manga ya con la sonrisa en la cara pensando en cuál sería su siguiente trastada.

Maison Ikkoku digievoluciona en…

Al inicio del manga, vemos en el trazo del dibujo mucho de la última obra de Rumiko Takahashi, vemos el estilo de dibujo de Urusei Yatsura en los primeros volúmenes de Maison Ikkoku, aquí una muestra:

Y conforme avanza la historia, el dibujo de Takahashi sensei va evolucionando de un dibujo muy de los 70 hacia el dibujo de los 80s que veremos luego en Ranma 1/2, aquí otro ejemplo:

Pero no sólo evoluciona el dibujo de Rumiko Takahashi, sino también sus personajes. En Maison Ikkoku el tiempo pasa, pero es un tiempo real, vemos avanzar la vida en la pensión Ikkoku, desde que llega la encargada y Godai se prepara para los exámenes de entrada a la universidad hasta  que consigue acabarlos y encontrar un trabajo (¿o no?). En otras obras de Takahashi sensei el tiempo no pasa, hay mucha acción y batallitas, pero el tiempo no pasa. En Maison Ikkoku el tiempo pasa lentamente  (para algunos se hace muy largo, en 5 tomos ya estaría) y los personajes cambian. El desarrollo de los habitantes de la pensión Ikkoku es de un tono adulto, vemos la necesidad de dinero, la preocupación por la vida, es un manga muy realista que se hace eco de la sociedad japonesa de los 80s, una obra muy vintage. Por ejemplo, no hay teléfonos móviles, Godai y compañía tienen que usar el teléfono fijo de la pensión Ikkoku, que está en el pasillo y todos los vecinos pueden escuchar. O que estén 3 horas esperando en el café equivocado y no se encuentren, con el WhatsApp de ahora esto ya no pasa (pasan otras cosas).

Tenemos a la encargada de la pensión, Kyoko, una mujer joven, muy joven, hermosa y viuda, cuyo suegro quiere que ella pase página, y cuya madre no para de buscarle otro marido. Ella es muy madura para su edad y como viuda se ve a sí misma en desventaja frente a la joven prometida de Mitaka. Algo que nos asombra, ese concepto en la obra de que «¿Quién querría a una viuda?», como si enviudar fuese malo. Y el guaperas del entrenador de Tenis (amas de casa jugando al tenis) quien se fija en la única ama de casa (Kyoko) que no le hace caso, típico de un guaperas, que conforme avanza la historia se muestra como un hombre tóxico, manipulador, maquinador.

Takahashi sensei es una gran artista de cómo hace uso de los personajes, hace que entren en la historia y que hagan mutis para que así la historia avance (lentamente) Mitaka y Kozue son dos claros ejemplos, algunos llegaron a olvidarlos, y cuando reaparece Kozue se preguntaron ¿y ella quién es?

Frases que queremos recordar

Godai:

El amor es como una apuesta aunque salgas como amigos con alguien puede que, cuando decidas dar un paso más, la relación se vaya al traste. Uno corre el riesgo de arrepentirse, pensando que, de no haber dicho nada, la relación habría continuado igual.

Tú siempre has estado en su corazón…desde el día que la conocí… y esa es la Kyoko de la que estoy enamorado. Así que… con tu permiso,  la tomo, y con ella…tomo también lo que tiene de ti.

Kyoko

Lo que quiero… es que vivas más que yo… aunque sea sólo un día.

Sra Ichinose, Yotsuya, Akemi

¡Cateado!

Lo que más nos ha agradado

Yotsuya, hacia el final del tomo 4, cuando lo de la isla, es una historia auto conclusiva muy chorra y muy divertida.  También lo del pozo, con la casa embrujada.

El cartel de la escalera, que indica «No hacer ruido», porque los pensionistas están todo el día subiendo y bajando por esas escaleras.

Las partes cómicas, las tonterías

Que refleje la vida, el día a día de cada personaje, que no haya saltos de tiempo, hay continuidad en la narración. Vaya, que es realista, tiene cosas que te hace pensar, de las obras de Rumiko sensei es la más realista.

Las notas de traducción, y aquí hemos de hacer mención especial al trabajo hecho por las TAMI (Tropas de Asalto de Maison Ikkoku) si bien encontramos faltas de ortografía en su edición (algunos han sufrido un síncope por ello) ellos explican matices del lenguaje que se agradece cuando estudias otra cultura a través del idioma.

El cameo de Lamu, bueno, del merchandising de Lamu.

Lo que más nos ha sorprendido

Las paredes de papel de la pensión, paredes que se rompen a golpe de troncos de madera, y con los dedos de habitantes de la pensión que se dedican a hacer agujeros para fisgonear (unos mirones degenerados)

El universo contra Godai, no sólo los amigos, sino que por alguna razón todos sueltan cada perla que escuece y pinchan donde más le duele a Godai.

Lo que menos nos ha gustado

Que se ha hecho muy larga y lenta. (No todos están de acuerdo, a alguno le han faltado 2 o 3 tomos más, del formato big manga, eh. Vaya, que para ser de Takahashi, es de las cortas). Ritmo pausado, para cuando pasa algo, los lectores ya se han olvidado.

El formato big manga, se hace pesado (de pesar muchos kilos) y los capítulos eternos, ha costado leerlo (vamos que alguno no ha pasado del tomo uno), un formato muy incómodo.

Que personajes desaparezcan durante algunos tomos.

Godai, cae mal desde el minuto uno, juega con Kozue. Kozue tampoco gusta.

Lo recomendamos a

A todos los que gusten de lectura relajada, divertida

A quienes quieran sentir nostalgia de antaño

A quien quiera conocer Japón

A quien le guste romance, humor y malos entendidos

No lo recomendamos a jóvenes, no es una historia de ritmo frenético.