Hoy sábado 5 de setiembre nos hemos reunido en Jitsi online para hablar del cuento «Alicia en el País de las Maravillas» de Lewis Carroll. Es un libro que ha tenido mucha repercusión no sólo en occidente, sino también en oriente, véase mangas como «Alice 19th» de Yuu Watase o «Miyuki-chan in Wonderland» de las Clamp. Encontramos innumerables ilustraciones de animes (Haruhi Suzumiya, Card Captor Sakura, etc) con claras referencias al cuento de Carroll. Pero…
¿Quién es Lewis Carroll?
Lewis Carroll es el pseudónimo del matemático profesor en la universidad de Oxford Charles Lutwidge Dodgson, un maestro de vocación, un hombre a quien le gustaba enseñar las matemáticas y la lógica no sólo a sus alumnos de Oxford, sino también a los niños. Y lo hacía a través de juegos de palabras, cartas y puzzles. Su obra más famosa, «Alicia en el País de las Maravillas» nace justamente en uno de esos paseos con las niñas de la familia Lidell. Dodgson no sólo se dedicaba a enseñar e intercambiar correspondencia con los niños, sino también a escribir sobre lógica y disfrutar de su hobby la fotografía. Fotografiaba no sólo a niños, sino también a sus amigos: MacMillan, primer editor de Alicia; Tom Taylor, autor teatral; por nombrar algunos. Por eso nos enfadan esas teorías conspiratorias sobre sus fotografías de desnudos infantiles, que en esa época en que la fotografía era una novedad (como el 5G ahora) era muy común ese tipo de fotografía, porque veían en ellas la pureza e inocencia de los niños. Dodgson no se quedaba con ninguna copia, las entregaba a los padres y madres de los niños fotografiados, es absurdo creer que pudo haberles hecho daño o abusado de ellos en alguna forma. De todas las necedades que se dicen de él, la menos creíble es la de que Dodgson era Jack el destripador. Una soberana sandez.
El sueño onírico de Alicia
El cuento de «Alicia en el País de las Maravillas» es un libro psicodélico, irreal, pasa de un mundo a otro, mezcla de sueño, razón y lógica. Algunos intuyen una negación de la realidad, un reflejo interno del autor que traslada al cuento. Es un cuento surrealista, lleno de paradojas, incoherente, extraño muy confuso. La imaginación, la niñez, el desorden, la locura, el absurdo y la fantasía son palabras y conceptos que nos vienen a la mente al hablar de este libro. Un cuento en donde el personaje principal crece y decrece, los juegos de palabras están en cada capítulo, y donde la argumentación, la lógica y el absurdo le dan un poder mágico a las palabras.
¿Qué estoy diciendo?
Uno de los aspectos del libro del que hemos hablado es cómo Dodgson hace que sus personajes reflexionen y tengan dudas existenciales, en el que se transforman simbolizando un cambio de etapa (el niño que se transforma en cerdito al crecer por ejemplo), lo que puedes hacer en cada etapa de la vida y dudas del yo actual como consecuencia de pasar a la adolescencia, o de cómo Alicia aplica la lógica de manera ilógica, o de cómo intenta rebatir lo ilógico con la lógica, de cómo siempre interrumpe cuando otro personaje le intenta explicar una historia. Un cacao mental en donde te puedes encontrar cualquier situación, y la locura y la sinrazón es lo normal en el cuento.
Los personajes de Dodgson hacen una montaña de un grano de arena, y aún así encontramos personajes lógicos y sensatos -al parecer de algunos en el club – como son el Sombrerero loco, la Oruga y el Gato de Cheshire. Es como si el autor nos muestra las cosas tal cual son y hace una fotografía de la cantidad de vueltas que les damos, nos lleva a reflexionar sobre acciones cotidianas aplicando la lógica.
Y la crítica social también está presente en el cuento: la carrera electoral (esa carrera en que no hay vencedores ni vencidos), la decapitación, son conceptos de rabiosa actualidad, baste recordar a Trump en Estados Unidos o el Isis en Oriente Medio. Cada personaje representa la realidad en la fantasía del autor, con rasgos muy excéntricos y radicales como la obsesión por el tiempo, o el cambio de actitud de Alicia, se comporta de una manera cuando es pequeña, y de otra diferente cuando tiene mayor tamaño, una crítica al comportamiento social de la época (1865, reinaba Victoria I de Inglaterra).
No pudimos dejar de mencionar los juegos de palabras, que si bien es cierto los traductores han hecho un trabajo excepcional, nos ha faltado el contexto, la referencia al poema original. Las parodias de Dodgson en el cuento son geniales, pero ¿alguien de nuestro tiempo las entiende a cabalidad? Cuando escuchamos a Weird Al Yankovic sus temas Eat it o Fat sabemos que está parodiando canciones de Michael Jackson (y haciendo una crítica a la alimentación en USA), pero ¿a quién parodiaba Dodgson? A autores famosos en su tiempo, y cuyos poemas eran memorizados por los niños en la escuela. En otras palabras parodiaba poemas tipo «Volverán las obscuras golondrinas» de Bécquer o «La Canción del pirata» de Espronceda, para hacernos una idea. Uno de los poemas parodiados «Contra la pereza y los malos juegos» del teólogo inglés Isaac Watts, autor de libros de lógica, es en la actualidad desconocido, y nadie que lea el poema del cocodrilo (en donde la virtud del animal es el engaño y la depredación) reconoce al poema original de la abeja trabajadora (en donde la virtud son los frutos del trabajo). Éstos detalles se pierden sin una nota a pie en la edición, y no todas las ediciones del cuento de Carroll la tienen. Resultado: para algunos se nos ha hecho difícil de leer el cuento, y no hemos llegado al final de su lectura, vamos que el premio al libro del año no lo consigue. ¡Y estamos hablando de uno de los cuentos más influyentes en la literatura universal!
Drink me!
Este cuento nos provoca sentimientos de ternura, algunos han visto la película de Disney, y reconocen muchas escenas. Otros reconocen el frasco con la bebida por Kingdom Heart más que por Disney.
Para unos es el final abrupto del sueño, nos deja fríos, con un anticlímax, e incomprensión. Esperamos algo más, es como si faltase algo, nos faltan cosas, es tan complejo que mucho no hemos entendido.
Para otros es diversión, entretenimiento, risas, asombro, estupefacción.
Frases del libro que queremos recordar
Que te corten la cabeza
Siempre llegarás a alguna parte si caminas lo bastante
Bébeme
¿Porqué a nadie le gusta mi gata?
¿Cómo voy a saber quién soy si estoy cambiando continuamente?
- ¡Nada de veredicto! ¡Primero la sentencia! ¡Tiempo habrá para el veredicto!
- – Pero si yo no quiero estar entre locos… – Eso es algo que no puedes remediar, pues aquí… todos lo estamos!– ¿Cómo sabe que estoy loca? – Tienes que estarlo, pues, de lo contrario… ¡no estarías aquí!
- Un gato puede mirar al rey a la cara
- ¿cómo se puede cortar la cabeza al gato que no tiene cabeza?
- Volvió a repetirse que llorar no sirve de nada si nadie te oye
- Pues porque las cosas extrañas no pueden explicarse bien
Lo que más nos ha gustado
Las ilustraciones de John Tenniel, Kriss Sison, Benjamin Lacombe (los que teníamos las ediciones ilustradas, claro).
Las referencias a la naturaleza, a los animales y a las plantas.
La gata Dina y las meteduras de pata de Alicia.
Descubrir que realmente es para todos los públicos (y por culpa de Disney pensábamos era para niños).
La manera de hilar las historias, con estilo propio.
La fantasía de la obra que hace explorar, y la crítica social.
Las notas de traductor, notas de contexto histórico y de juegos de palabras (recomendamos la edición de Alianza Editorial, con prólogo de Jaime de Ojeda y álbum de Mercedes Monmany).
Lo que menos nos ha gustado
La Reina Roja es insoportable, todo el rato quejándose.
Que sea tan corto, falta chicha, explica cuentos sobre la marcha, con finales abiertos, como el de la tortuga.
Que el libro no tenga notas. Faltan notas de traducción y de contexto para entender mejor, una crítica a la sociedad o a alguien de esa época victoriana sin el contexto no se entiende.
La forma de narrar del autor, todo es una locura perfectamente estructurada, y a la vez no.
Descubrir que Disney hizo un potipoti en su película con el otro cuento «Alicia a través del espejo«, nos llevamos un chasco con la ausencia de la canción del sombrerero y la historia de las almejas curiosas.
Lo recomendamos a…
- Los fans de Tim Burton
- A la gente que le gusta interrumpir
- A padres y madres para que lo lean a sus hijos antes de dormir
- Cualquiera que quiera aprender más inglés
- Niños y no tan niños que sean curiosos y reflexivos
- A gente que le haya gustado la lógica como asignatura o la recuerde bien.
- A personas que aún conserven su niñez en su corazoncito.
- A los que les guste reflexionar sobre el paso de la niñez a la adolescencia y de la adolescencia a la etapa adulta.
- A cualquier club de lectura.